Al atardecer del 9 de mayo de 2025, el valle escénico de Wangxian en la ciudad de Shangrao, provincia china de Jiangxi, resplandecía con luces deslumbrantes. Sus pabellones en los acantilados, semejantes a un palacio celestial que descendió a la tierra, atraían a visitantes de todo el país.
Lo que alguna vez fue una mina abandonada se ha transformado en una atracción turística nacional de nivel 4A, impulsando el florecimiento de industrias locales y convirtiéndose en un modelo de integración entre ecología, cultura y turismo. Hoy, este sitio se consolida como una atracción modelo en el mercado chino del turismo.