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De la caza a la protección, la transformación de un pueblo pesquero del Caribe
Actualizado 2025-05-23 10:50 GMT
CGTN Español

03:30

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En Trinidad y Tobago, un país insular del Caribe, existe un pequeño pueblo pesquero que durante mucho tiempo tuvo la caza de tortugas laúd como una tradición. Más de tres décadas después, la aldea de Matura se ha convertido en uno de los pocos lugares del mundo donde aún se puede observar a estas tortugas anidando de forma natural. Los antiguos cazadores hoy son guardianes, y los habitantes locales protegen con acciones concretas a estos reptiles marinos, los más grandes del planeta.

Ubicada en el noreste de la isla de Trinidad, la aldea de Matura mantuvo durante años la tradición de cazar tortugas laúd. Hoy, este pueblo pesquero es considerado un ejemplo mundial en la conservación de esta especie. Más de un centenar de vecinos participan en patrullajes ecológicos, limpieza de playas y restauración forestal. Todo esto ha sido posible gracias a la perseverancia de más de tres décadas de Suzan Lakhan-Baptiste, fundadora de la organización ambiental Nature Seekers.

Suzan, quien hoy supera los 50 años, continúa activa en la primera línea de protección. En 1990, fue testigo de una escena en la playa de Matura que cambió su vida para siempre.

"Yo tenía unos 18 años cuando vine por primera vez a esta playa. Estaba llena de cadáveres de tortugas laúd y el aire era irrespirable por el mal olor. Era difícil imaginar que este lugar pudiera algún día convertirse en un destino de ecoturismo. Muchas tortugas eran despedazadas solo para sacar unas pocas libras de carne. A veces ni siquiera quedaban restos... era una masacre. Y lo más doloroso es que nuestra comunidad formaba parte del problema. Nuestros padres y nuestros hijos eran cazadores furtivos. Para nosotros era costumbre cazar tortugas y recoger sus huevos", dijo Suzan.

No obstante, tras más de 30 años de esfuerzo, Matura ha dejado atrás su pasado como centro de caza de tortugas. Con el desarrollo del ecoturismo centrado en las tortugas, muchos habitantes han encontrado nuevas fuentes de ingreso sostenible. Algunos abren sus casas para recibir turistas, otros venden productos locales, dirigen restaurantes o trabajan como guías. Kathleen Martin, directora ejecutiva de la ONG Red Canadiense de Tortugas Marinas, sigue el trabajo en Matura desde 1999 y ha contribuido al desarrollo del ecoturismo local. Según ella, los cambios han sido notables.

"En Matura, el ecoturismo ha sustituido realmente la caza de tortugas. El valor de una sola tortuga viva es mucho mayor que muerta. Si una tortuga madre está anidando y hay 15 turistas viéndola y gastando en la comunidad, eso genera un aporte económico mucho más significativo que la caza", dijo Kathleen Martin, directora ejecutiva de Red Canadiense de Tortugas Marinas.

Reflexionando sobre más de tres décadas de esfuerzo y transformación, Suzan dice que Matura ha pasado de ser parte del problema a ser parte esencial de la solución en la conservación global de las tortugas laúd.

En los últimos años, el gobierno de Trinidad y Tobago ha incrementado su apoyo a la protección de las tortugas, creando fondos especiales para iniciativas como la de Matura. Las leyes también se han endurecido: molestar a una tortuga durante la anidación puede costar hasta dos años de prisión y multas que superan los 30.000 dólares.