Con China ofreciendo la posibilidad de viajar sin visado a ciudadanos de Chile y varios otros países sudamericanos desde el 1 de junio de 2025 hasta el 31 de mayo de 2026, este es el momento ideal para explorar las maravillas naturales que unen ambos extremos del planeta.

Atacama, un desierto lleno de vida

En Chile, el salar de Atacama es el salar más grande del país. Ubicado en pleno desierto de Atacama, una de las regiones más áridas del mundo y con una extensión de más de 3.000 kilómetros cuadrados, es un sitio famoso por sus paisajes dramáticos, planicies cubiertas de sal y lagunas de un turquesa brillante.

Este lugar es también un santuario natural: bandadas de flamencos se alimentan en sus aguas poco profundas, mientras los picos de los Andes rodean el paisaje como una muralla imponente. Al amanecer y al atardecer, el cielo tiñe la sal de tonos rosados, dorados y violetas, creando una escena de ensueño.

Chaka, el espejo del cielo en China

En China, el lago salado de Chaka, en la provincia de Qinghai, es conocido como el “espejo del cielo”, y es una descripción acertada. Cuando el clima está en calma, la superficie del lago refleja el cielo con tal precisión que los visitantes parecen caminar entre las nubes.

Ubicado a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, en la meseta de Qinghai-Xizang, este lago ha sido fuente de sal durante más de un milenio. En verano, los turistas pueden caminar sobre su superficie, tomarse las icónicas fotos del “espejo del cielo” o incluso cruzarlo en un pequeño tren turístico. Rodeado de montañas nevadas y extensas praderas, Chaka ofrece una experiencia visual asombrosa y un remanso de paz en las alturas.