Cada noche, Shenzhen se llena de luces y vida, transformándose en un epicentro de vitalidad urbana. Los espacios gastronómicos al aire libre se colman de jóvenes, mientras los trabajadores terminan su jornada con cenas tradicionales como el hot pot de carne de Chaozhou. El flujo constante de repartidores mantiene en movimiento a esta ciudad que nunca duerme, destacando su creciente economía nocturna.





