Recientemente, un diplomático filipino afirmó durante la 46ª Cumbre de la ASEAN que su país está considerando la posibilidad de alcanzar más acuerdos con China que contribuyan a la paz en el mar Meridional de China. Sin embargo, fuera de la sede, las provocaciones de Filipinas continúan: desde la puesta en marcha de la sexta "operación marítima conjunta multilateral" con el ejército estadounidense en las aguas de las islas Nansha de China, cerca de Palawan y Mindoro, hasta el envío de buques oficiales para inmiscuirse en las aguas cercanas a los arrecifes Zhubi Jiao y Tiexian Jiao de las islas Nansha. ¿Cómo puede Filipinas convencer a los países de la ASEAN de su supuesta "sinceridad" cuando sus acciones van en contra de la "paz" que declaró?

Desde la aprobación el año pasado de la llamada "Ley de Zonas Marítimas", el Gobierno del presidente Ferdinand R. Marcos Jr. ha desvelado su truco de tres pasos en el mar Meridional de China. El resultado es que Filipinas no solo ha fracasado en su intento de recuperar el control de la isla china de Huangyan, sino que también se ha esfumado su plan deliberado de ocupar ilegalmente islas y arrecifes deshabitados en las islas Nansha, como Xianbin Jiao, Tiexian Jiao y Ren'ai Jiao. El hecho de que el Gobierno filipino haya vuelto a causar problemas en el mar Meridional de China justo después de la publicación de los resultados de las elecciones a mitad de mandato demuestra que no ha reflexionado sobre su actuación a la luz de los intereses nacionales de Filipinas, sino que ha intentado encubrir su decadente actuación política interna con provocaciones externas y ha seguido demostrando a las potencias extraterritoriales su valor como un "peón".
Hace apenas una semana, China y la ASEAN concluyeron las negociaciones sobre el Área de Libre Comercio 3.0, abriendo nuevas oportunidades para el desarrollo regional. En este momento crítico, la insistencia de Filipinas en las provocaciones y su intento de "depender de Estados Unidos para contener a China" no responden a las expectativas del pueblo filipino, ni serán apoyadas por otros países vecinos del mar Meridional de China, ya que son incompatibles con la tendencia a la paz y el desarrollo de la región. Si Filipinas sigue por este camino, terminará siendo una víctima de la competencia estratégica entre Estados Unidos y otras potencias globales.