Más de 80 personas fueron detenidas en Los Ángeles tras la segunda noche de toque de queda, en el marco de las protestas contra las redadas migratorias en Los Ángeles. El presidente Trump ordenó el despliegue de más de 4.000 miembros de la Guardia Nacional y 700 marines en activo en la zona, a pesar de la oposición del gobernador de California, Gavin Newsom, y de otros líderes locales. La indignación por esta represión se ha extendido a otras ciudades estadounidenses, y se prevé una protesta nacional el día 14.
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Durante casi una semana, cientos de personas han marchado por las calles de Los Ángeles para protestar contra el despliegue de la Guardia Nacional y las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, que continúan separando familias.
"Mi papá iba a ver graduarse a mi hermana hoy. Algo por lo que, como ella dijo, él trabajó tanto. La vio luchar mucho. Nosotros la vimos, vimos cuánto se esforzó, cuánto logró al final. Y ahora él no podrá estar aquí para verla graduarse", dijo Kimberly Hernandez, hija de trabajador de autolavado detenido.
Hay mucho dolor y enojo en esta comunidad. Los líderes locales han suplicado al gobierno que detenga estas redadas, sin éxito.
"Sí, quiero hablar con el presidente y quiero que entienda la magnitud de lo que está ocurriendo aquí", señaló Karen Bass, alcaldesa de Los Ángeles.
Organizaciones humanitarias y religiosas también exigen que el Gobierno federal dé marcha atrás a estas redadas.
"Tienen miedo de que les roben la dignidad. Tienen miedo por sus familiares, por no saber quién puede ser arrestado. No quieren que se separen las familias. Esa es una gran preocupación, la separación de familias, ver cómo las personas son apartadas unas de otras", dijo Michael Donaldson, director de la Oficina de Vida, Justicia y Paz.
Para evitar actos vandálicos y saqueos, se ha impuesto un toque de queda nocturno en una pequeña parte del centro de la ciudad. Sin embargo, decenas de personas han sido arrestadas en los últimos días, mientras el fiscal del distrito lanza una dura advertencia a quienes causen disturbios.
"Cuando ese discurso cruza la línea de la libertad protegida a una conducta ilegal, quienes incurran en esa conducta serán procesados. Primero serán arrestados, luego juzgados, y finalmente, castigados con todo el peso de la ley", afirmó Nathan Hochman, fiscal de distrito de Los Ángeles.
Para el día 13, se espera que los marines se unan a las tropas de la Guardia Nacional en las calles de Los Ángeles, con la orden y la autoridad para detener a cualquier persona que interfiera en las redadas migratorias o confronte a los agentes federales.