El Centro de Excelencia para la Ciencia del Cerebro y la Tecnología Inteligente de la Academia de Ciencias de China, en colaboración con el Hospital Huashan de la Universidad de Fudan de Shanghai y empresas del sector, ha completado con éxito el primer ensayo clínico prospectivo de una interfaz cerebro-ordenador invasiva en China. Con este logro, el país asiático se convierte en el segundo del mundo en ingresar a la fase de ensayos clínicos de esta innovadora tecnología.

El paciente es un hombre que perdió sus cuatro extremidades tras recibir una descarga eléctrica de alta tensión. Desde la implantación del dispositivo, realizada en marzo de este año, el sistema ha funcionado de manera estable. En tan solo dos o tres semanas de capacitación, el receptor ha conseguido realizar actividades como jugar videojuegos y al ajedrez, alcanzando un nivel de destreza comparable al de una persona que utiliza un ordenador con un panel táctil.

Se espera que esta tecnología contribuya a mejorar significativamente la calidad de vida de personas con lesiones medulares, amputaciones y otras discapacidades motoras, gracias a su capacidad para reemplazar funciones físicas mediante el control cerebral.

En cuanto a su diseño, el dispositivo tiene un diámetro de 26 milímetros y un grosor inferior a 6, lo que lo convierte en el sistema de control cerebral más pequeño del mundo, similar al tamaño de una moneda.