Debido a la escalada de las tensiones y a la incertidumbre que afecta la región, ciudadanos chinos se han visto obligados a abandonar Irán. Wang Boyang, quien ha trabajado dos años en Teherán, detalla con CGTN cómo él y su equipo viajaron desde Teherán hasta la ciudad fronteriza de Astara con el objetivo de cruzar a Azerbaiyán.
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"Nos fuimos la noche del 16 de junio y llegamos a la frontera la mañana del 17. Pero no fue hasta la tarde del 17 que la gente empezó a cruzar con mayor celeridad. Ahora mismo, existe una escasez de combustible en Teherán y en las ciudades colindantes. En algunas gasolineras, las colas de coches que esperan poder repostar pueden alargarse más de tres kilómetros. El viaje de Teherán hasta la ciudad fronteriza de Astara es de unos 470 kilómetros, tardamos 12 horas en llegar", contó Wang Boyang, de Federación de Irán de la Asociación de Chinos de Ultramar.
"Según las últimas informaciones que he recibido de la Embajada, esta mañana, hasta ahora han sido evacuadas cerca de 800 personas. También hay gente cruzando la frontera con Turkmenistán y otros salen por el puerto de Bandar Abbás. Teherán se ha convertido, básicamente, en una ciudad vacía. Las alertas de evacuación de Israel han provocado el pánico entre los iraníes. Por ejemplo, Israel ordenó la evacuación de una zona en el Distrito 2 de Teherán, porque amenazaron con un fuerte bombardeo. Cerca de las 4 de la tarde, atacaron la sede de la televisión pública, hecho que demuestra que cumplen con sus amenazas. Desde el 16, todos los teléfonos de los extranjeros en Irán han sido bloqueados y no tienen señal. Aún se pueden hacer llamadas con los teléfonos iraníes, pero no hay acceso a internet. Así que, esencialmente, durante dos o tres días, estuvimos incomunicados por completo", dijo Wang.