Hace más de dos mil años, durante el periodo de los Reinos Combatientes, los nobles en China ya tenían formas de mantenerse frescos en verano. Una de ellas era el bingjian, un enfriador de vino de bronce que funcionaba como un refrigerador antiguo.

El bingjian se componía de dos partes: el fangjian, una caja cuadrada de bronce que contenía hielo, y el zunfou, un recipiente para vino que se colocaba en su interior. El diseño permitía que el vino quedara suspendido sobre el hielo, sin tocarlo directamente, lo que ayudaba a enfriar la bebida sin contaminarla.

Este sistema ingenioso permitía conservar el vino fresco mucho antes de que existiera la electricidad.