China exporta hoy cultura pop con fuerza: personajes como Nezha, el héroe mitológico del cine, y figuras de diseño como Labubu, acompañados por el fenómeno comercial de Pop Mart, configuran una ola global que cautiva por igual a diseñadores, coleccionistas y fans.

Ne Zha 2, secuela animada que desbancó récords de taquilla, se convirtió en la base de una oleada de merchandising. Pop Mart lanzó cajas misteriosas con figuras de Nezha que se agotaron en horas, impulsando su valor en bolsa.

Por otro lado, Labubu, creación del artista Kasing Lung, se ha convertido en un icono de estilo "ugly cute". Estas figuras, con su sonrisa traviesa y estética de monstruos adorables, son un fenómeno en redes sociales, impulsadas por celebridades como Lisa de Blackpink o Rihanna. 

En 2024, los productos de la línea "The Monsters" generaron más de 3.000 millones de yuanes, destacando ventas online, eventos y tiendas físicas tanto en Asia como en Occidente. Este éxito también atrae inversiones: la acción de Pop Mart en Hong Kong creció más de 350 % tras los lanzamientos de Nezha y Labubu. Sin embargo, surgen preocupaciones: el modelo de "cajas sorpresa" provoca escasez artificial y dependencia de consumos emocionales, lo que está siendo observado por reguladores. 

China no solo exporta productos, sino también experiencias culturales. La combinación de mitología (Nezha), diseño contemporáneo (Labubu), estrategias de marketing emocionales y redes sociales (Instagram, TikTok), impulsa su soft power. Pop Mart se erige así como embajador global del coleccionismo de juguetes chino, y sus éxitos revelan la sofisticación y alcance internacional de esta nueva ola cultural.