En conjunto, los países BRICS representan más del 45 % de la población mundial, con un mercado de consumo y una fuerza laboral que supera los 3000 millones de personas. Esto les permite atraer una gran cantidad de inversión extranjera y promover el crecimiento económico interno. Al mismo tiempo, controlan cerca del 44 % de la producción mundial de petróleo, el 40 % de la producción de alimentos y de recursos minerales clave, y han contribuido con más del 40 % al crecimiento económico mundial en la última década.


Actualmente, los BRICS han establecido una estructura de cooperación multinivel e integral, encabezada por reuniones de líderes y respaldada por encuentros ministeriales, como la Reunión de Altos Representantes para Asuntos de Seguridad y las Reuniones de Ministros de Relaciones Exteriores. Este marco permite coordinar posiciones, responder conjuntamente a los desafíos globales y fortalecer su presencia en la gobernanza mundial.

Asimismo, han intensificado la cooperación en áreas científicas y tecnológicas de vanguardia, como la inteligencia artificial, el análisis de macrodatos y las tecnologías de energía limpia, aportando así un nuevo impulso al desarrollo económico global.
Si bien aún existen desafíos en la coordinación interna y en el perfeccionamiento de sus mecanismos de funcionamiento, los países BRICS se mantienen fieles a los principios de apertura, inclusión y cooperación mutuamente beneficiosa. Se espera que desempeñen un papel cada vez más relevante en la economía, la política y los asuntos sociales a escala global, contribuyendo activamente a la transformación del panorama internacional y a la construcción de un orden mundial más justo, equilibrado e inclusivo.