El viento sopla a lo largo del río, la luz del sol inunda la calle. El distrito de Wanping no podría mostrarse más tranquilo. Sin embargo, 88 años atrás, fue escenario de una guerra brutal. Por aquel entonces, Zheng Fulai tenía siete años.
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"Me desperté con los disparos. Pensé que era un simulacro militar y, cuando cesaron, me volví a dormir. Al día siguiente me disponía a ir a la escuela cuando mi padre me detuvo y dijo: 'No hace falta que vayas a la escuela. Estamos en guerra' ", dijo Zheng.
El centenario Guo Yunsheng era soldado en el ejército chino cuando sucedió el incidente.
"Tuvimos que contraatacar. Antes de la guerra, Japón realizaba intensos ejercicios militares en Beijing. Éramos soldados patriotas y no queríamos que estuvieran allí", dijo Guo.
Cuando se trata de las cicatrices de la guerra, cada uno tiene una historia que contar.
Zheng Fulai ha dedicado gran parte de su vida a compartir con los jóvenes las vivencias de aquel conflicto. Afirma que las nuevas generaciones deben conocer el pasado de su país y lo que su gente padeció durante la guerra.