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Opinión: La Franja y la Ruta remodela África
CGTN

2018-08-31 06:13 GMT

Nota del editor: Macharia Munene es un experto en relaciones internacionales de la Universidad Internacional de Estados Unidos. El artículo refleja la opinión de la autora y no necesariamente la postura de CGTN.

La presencia de China en África tendrá un impacto positivo en su desarrollo económico, y la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) es un método con el que China puede llegar a otros países a través de la construcción de infraestructuras y compartir un destino común.

Al contrario de la percepción que tienen algunos países occidentales acerca de la cooperación China-África, ya se pueden ver en todo el continente los resultados tangibles de los que se beneficia África. Sus habitantes también están mostrando interés en la oportunidad de estimular su economía, conectar regiones y países a través de sistemas de transporte modernos y crear trabajos con la ayuda de la inversión de China.

China está involucrada en la expansión de infraestructuras en países como Angola, Nigeria, Gabón, Mauritania, Botsuana, Zambia, Malaui, Mozambique y Camerún. 

China está en Sudán, Ruanda, Uganda, Tanzania, Egipto, Etiopía, Yibuti y Kenia. Numerosos países del este de África ya forman parte activa de la IFR.

El tren de alta velocidad une estratégicamente Etiopía y Yibuti, parte de la ruta marítima que conecta los puertos del este de África con Egipto y Europa al norte, y con Pakistán a través del océano Índico.

El ferrocarril de ancho estándar que sale desde Mombasa, Kenia, y el proyecto portuario de Lamu construidos por China, en el futuro conectarán con Camerún creando una red ferroviaria transafricana que reforzará la economía y la seguridad de los países que cubre. También se creará otro enlace entre China y Europa a través de puertos en el oeste de África. 

El presidente de Kenia Uhuru Kenyatta despide a un tren de carga según sale de la terminal de contenedores en el puerto de la ciudad costera de Mombasa el 30 de mayo de 2017. Foto /VCG

Mientras la presencia de China ha traído consigo avances económicos, el Oeste percibe este hecho como una reestructuración potencial del orden mundial. La economía China en auge y la influencia global suponen una amenaza al control estadounidense del panorama geopolítico. Así que EE. UU. y sus aliados europeos han optado por pintar la presencia de China en África con pinceladas negativas y se quejan de las acciones de China.

Pero África no es el único sitio del mundo donde China está construyendo nuevas infraestructuras. La IFR también se centra en el Sudeste Asiático y Europa. 

Occidente en sí es una intersección: unirse a la iniciativa china de potenciar la globalización o retraer su impulso de conectar al mundo. Occidente parece estar haciendo lo segundo.

China ha aprendido del pasado cuando el aislamiento mantuvo al mundo a raya durante siglos y busca activamente la manera de crear un futuro compartido. El desarrollo de África es tan solo el siguiente paso. 

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