La Torre Shanghai, un rascacielos simbólico de la ciudad epónima, realizó este sábado una prueba de luces.

El edificio tiene 632 metros de alto y 118 pisos en total. El exterior retorcido ayuda a mitigar el efecto del viento al edificio y así, reducir su temblor.

Según las pruebas, tal diseño está capaz de disminuir el 24% de la fuerza lateral que soporta el edificio, lo cual es crucial para los rascacielos en la metrópolis que es vulnerable a tifones.
