La activista paquistaní Malala Yousafzai, ganadora del Premio Nobel de la Paz, aseguró que pretende invertir en educación en Brasil, y destacó que la educación a largo plazo es la mejor apuesta que puede hacer un país para su futuro.
"La mejor forma de mejorar la educación en cualquier país es hacer asociaciones con activistas locales. Queremos centrarnos en las regiones que más lo necesitan, como el noreste de Brasil, pero también apoyar otras campañas. Queremos trabajar con vosotros. Estoy aquí para aprender y usar el Fondo Malala de la mejor manera", dijo la paquistaní en un acto en Sao Paulo ante 800 personas, principalmente estudiantes y miembros de ONGs.

La activista pakistaní Malala Yousafzai pronuncia un discurso durante un evento sobre la importancia de la educación y empoderamiento de la mujer, en Sao Paulo, Brasil, el 9 de julio de 2018.
La activista dijo que uno de sus objetivos en Brasil es "encontrar medios para que las 1,5 millones de niñas que no están escolarizadas tengan acceso a la educación" y resaltó que "el empoderamiento de las chicas viene de la educación. Tiene que ver con la emancipación".
Según ella, uno de los principales motivos de su viaje a Brasil es promover la educación entre las comunidades menos favorecidas del país, especialmente las afro-brasileñas.
"Trabajando junto con los defensores de la educación y pudiendo dar a todas las personas, provenientes de camadas menos privilegiadas, la esperanza de que todos sepan con seguridad que recibirán educación de alta calidad", comentó.
Según ella, "hay desafíos externos como los que existen en la sociedad, la discriminación, pobreza, extremismo, y otros desafíos, los internos, porque subestimamos el poder de nuestra voz. Este es nuestro primer desafío", aseguró Malala, quien instó a los estudiantes a luchar por derechos y cambios.
La joven paquistaní, que este jueves cumple 21 años, se convirtió en un símbolo mundial de la lucha por los derechos de las chicas en la educación tras sobrevivir a un atentado cometido por los talibanes, que le dispararon en la cabeza en 2012, cuando tenía 15 años y regresaba a casa de la escuela. Es una férrea defensora de los derechos de las chicas para ir a la escuela.