La festividad por el Nuevo Año Lunar también se conmemoró de forma solemne en Río de Janeiro. La clase política, encabezada por el cónsul general de la República Popular China, asistió en la Asamblea Legislativa a una ceremonia que unió a chinos y brasileños en un nuevo gesto de amistad entre ambos países. Es la primera vez que las celebraciones tradicionales chinas entran a formar parte de la agenda oficial de la ciudad carioca.
Río de Janeiro es una ciudad con mucho jolgorio, pero a lo que no están acostumbrados los cariocas es a ver precisamente fiesta en la misma puerta de la Asamblea Legislativa. Dos leones y un dragón gigante llamaban completamente la atención de los transeúntes por sus tornasoladas pieles y elásticos movimientos. Nadie quería perder detalle de las inusuales danzas al compás del gong, que aportaban color a una tarde lluviosa.
El pueblo chino y la clase política de Río de Janeiro celebraron juntos, por primera vez, un encuentro oficial para dar entrada al Año Nuevo Lunar. Un evento que fue posible gracias a la insistencia de una diputada estadual por dar visibilidad a una de las comunidades más numerosas que viven en la ciudad.
En el acto, el cónsul general de China en Río de Janeiro, el señor Li Yang, recibió el diploma al Mérito Legislativo, un gesto más en la voluntad de estrechar lazos y seguir escribiendo páginas de compañerismo entre los dos países.
Acabado el protocolo, los leones invadieron la sala oval y compartieron escenario con un maestro brasileño de Kung Fu. Probablemente, el palco más serio de la ciudad en disfrutar de símbolos tan arraigados a otras culturas. La melodía corrió a cargo de la tradicional flauta china.
Una exposición fotográfica sobre el cuarenta aniversario de la Reforma y Apertura sellaba el acercamiento oficial.