Durante este medio siglo, China y Argentina han trabajado de la mano para superar las dificultades como la gran distancia geográfica y las diferencias culturales y los desafíos. Parece haber un fuerte campo magnético entre estos dos países lejanos. Siempre se han atraído el uno al otro y siempre han sido tácitos. Juntos seguirán tocando este maravilloso movimiento en los próximos cincuenta años.