Buenos Aires es conocida como la “capital latinoamericana” del Art Nouveau, un estilo que cobró relevancia a principios de siglo XX. Los inmigrantes que llegaron a Argentina lo eligieron en oposición al academicismo francés que caracterizaba a la burguesía local.
La Confitería del Molino, frente al Congreso, es un ejemplo de rupturismo arquitectónico, obra del italiano Franceso Gianotti, construida entre 1914 y 1917. Tiene una magnífica torre aguja y cientos de vitrales. Fue calificada como patrimonio Internacional del Art Nouveau por la Unesco.

El Palacio Barolo
Quedan unos 200 edificios Art Nouveau repartidos en esta capital, entre ellos el Palacio Barolo. Muestran la historia de este lenguaje estético, audaz aplicado a la construcción. En sus fachadas aparecen flores, vegetación, volúmenes, mayólicas. La Casa de los Lirios, por ejemplo, fue concebida como una planta que va creciendo a través de los pisos y culmina con la gran boca de la verdad.