Tener un don no significa dejar de formarse, y de lecciones no se libra ni Santa Claus. La Escuela de Papá Noel de Brasil enseña cómo ser el viejito más encantador del mundo a una cincuentena de abuelos que aspiran a percibir una paga adicional por Navidad. Pero ellos no están solos, ya que cuentan con ayudantes para ganarse el cariño de pequeños y adultos. Más aún: el más generoso acabará el año convertido en el mejor Santa de la ciudad.
Hace 26 años que la Escuela de Papá Noel de Brasil se encarga de pilotar el trineo de Santa Claus en su recorrido por el país tropical. Pues aquí poca nieve encuentra y sí temperaturas de más de 40 grados.

La Escuela de Papá Noel de Brasil enseña cómo ser el viejito más encantador del mundo a una cincuentena de abuelos que aspiran a percibir una paga adicional por Navidad.
Decenas de jubilados asisten a aulas de interpretación, improvisación y expresión corporal para adaptarse a este papel navideño de máxima responsabilidad. La emoción y la alegría marcan los encuentros previos al gran día entonando los tradicionales villancicos.
Papá Noel ya tiene una edad para recoger solo todos los pedidos mágicos, así que le viene bien un poco de apoyo de los duendes. Ellas son las encargadas de dar la bienvenida a los más pequeños y de que Santa Claus tenga el mejor aspecto para la foto de recuerdo. La mayoría son jóvenes estudiantes y trabajadoras autónomas que buscan aumentar sus rentas en periodo de sosiego de sus actividades principales.