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Comparando la amenaza del coronavirus con la de la influenza en EE. UU.
CGTN en Español

Desde el aislamiento de Wuhan, la capital de la provincia central de China Hubei y epicentro del brote, las noticias sobre el nuevo coronavirus han inundado tanto los medios de comunicación tradicionales como las redes sociales. Mucho de lo que se ha escrito ha sido objetivo y bien fundamentado. Pero fuera de China, en particular, se han publicado historias sensacionalistas y especulativas que han hecho que se eleven los niveles de pánico incluso más rápido que el número de casos confirmados.

Pero, seguramente, se podría argumentar, los once millones de residentes de Wuhan en cuarentena sugieren que ese pánico es justificado. Y, si no hay causa alguna para temer, ¿por qué se insta a personas en otros lugares de China a no dejar sus hogares? Y, ¿por qué, si se aventuran fuera de ellos, se les exige usar una máscara?

La respuesta es simple. Tales medidas drásticas son parte de un esfuerzo integral y comprometido cuyo objetivo es contener el virus y apresurar su eliminación. 

Pero esto crea una nueva interrogante: ¿cuándo se acabará la emergencia exactamente? La respuesta es que nadie sabe. Hemos visto que la mayoría de los contagiados sufre de síntomas parecidos a los de la gripe (fiebre, tos, estornudos y dolores musculares) y se recuperan sin mucha dificultad, como si les hubiera dado un resfriado fuerte. Todo lo que podemos decir con certeza es que el brote de coronavirus seguirá su curso al final, tal y como lo hace la gripe.

Una comparación con la gripe es pertinente, dado el brote que está ocurriendo en EE. UU. Una noticia del Washington Post publicada el 1 de febrero  afirmaba que la gripe ¨ha afectado a unos 26 millones de personas en Estados Unidos en solo cuatro meses, matando a 25.000 al momento.¨

El artículo del Washington Post continua con una cita de Anthony S. Fauc, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, quien señaló que no se espera que la gripe en EE. UU. acabe hasta marzo o abril. Fauci también es miembro del grupo de trabajo del gobierno que coordina la respuesta al coronavirus.

Por esto, en estas circunstancias, es desconcertante que cuando Estados Unidos declaró una emergencia de salud pública, el foco de atención haya sido el nuevo coronavirus. El movimiento huele a doble estándar, si se considera la prevalencia de la gripe en ese país. Se debe admitir que hay factores que hacen que el coronavirus sea preocupante; por ejemplo, la falta, al momento, de una vacuna y su relativamente alta mortalidad (dos por ciento). Sin embargo, solo unos pocos casos se han encontrado en EE. UU.

Si se compara las cifras de los infectados y los muertos, el riesgo que conlleva la gripe es, evidentemente, mucho mayor. Pero no hay ciudades estadounidenses aisladas, restricciones de viajes hacia o desde EE. UU., ni noticias histéricas. 

Es un doble estándar, sin lugar a dudas.

Aún así, debemos permanecer extremadamente atentos al coronavirus en China. Se entiende la preocupación, dada la propensión humana a sentirse ansioso, incluso temeroso, con respecto a lo desconocido. Las autoridades estadounidenses pueden predecir con confianza que el brote de gripe, como una ocurrencia estacional, se acabará en marzo o abril. En China, solo podemos esperar un final rápido para esta crisis, continuando con las precauciones recomendadas: lavarse las manos regularmente, mantener una dieta saludable, dormir bien y suficiente, y ejercitarse adecuadamente.

Sería prudente que añadiéramos a esta lista el tomar con cautela las noticias más histéricas sobre el coronavirus. Además de su potencial para promover el pánico, estas noticias pueden causar estrés. Y el estrés, de acuerdo con algunos estudios, se manifiesta en reacciones químicas en el cuerpo que pueden debilitar el sistema inmune. En contraste, los pensamientos positivos nos pueden ayudar a resistir incluso enfermedades graves. 

Entonces, el mensaje para este brote de coronavirus debería ser: ¡Mantente positivo!