Decenas de miles de personas salieron a las calles de Portugal el 25 de febrero para celebrar el carnaval.
En Torres Vedras, un pequeño pueblo a 50 kilómetros de la capital, Lisboa, miles de personas con disfraces elaborados, máscaras de miedo y pelucas alucinantes asistieron a desfiles callejeros, en los cuales los políticos vistos como aguafiestas son el blanco del ridículo.
La sátira política y social fue una de las principales características del Carnaval de Torres Vedras.

La fiesta dura seis días y cinco noches y termina el 26 de febrero de Ceniza, el primer día de Cuaresma.
Las carrozas que colorearon las calles durante los desfiles se burlaron de los deportes y los atletas estrella, de la política, y de los políticos locales, nacionales e internacionales.
Pero las grandes estrellas de este Carnaval portugués fueron las famosas "matrafonas", hombres vestidos de mujer, una tradición que comenzó alrededor de 1921 cuando a las mujeres no se les permitía participar en el desfile.
Este año, seis carrozas participaron en las celebraciones bajo el tema de "Magia y fantasía", desfilando día y noche en la calle principal.
La fiesta dura seis días y cinco noches y termina el 26 de febrero de Ceniza, el primer día de la Cuaresma.