Nunca habíamos imaginado que el comienzo de la nueva década iba a ser tan complicado e intenso. Sin embargo, a medida que China aúna esfuerzos para contener el nuevo coronavirus y logra reducir sustancialmente el número de contagios, nos ha llegado la primavera, y con ella, la llegada de nuevas flores que tiñen las calles de diferentes colores, así como la reanudación de la producción, las operaciones empresariales y otras actividades económicas que quedaban suspendidas en medio del brote de COVID-19.
Las autoridades chinas han establecido una serie de pautas y más del 95% de la producción industrial se ha reanudado fuera de la provincia de Hubei. Al tiempo que cumplen rigurosamente las medidas de prevención y control de las infecciones, muchas empresas y sectores han pulsado el “botón de reinicio”, apoyándose en las tecnologías innovadoras.

Las fábricas “inteligentes” han sido las primeras en retomar sus actividades productivas.
Las fábricas “inteligentes” han sido las primeras en retomar sus actividades productivas. Los brazos robóticos que trabajan en las líneas de montaje automatizadas evitan concentraciones masivas de obreros, al tiempo que las plataformas informáticas vigilan el funcionamiento de todos los equipos. Mientras tanto, los campos de arroz a lo largo y ancho del país se vuelven a cubrir de un manto verde debido a que los tractores autónomos sin conductor aran la tierra y los drones agrícolas plantan semillas desde las alturas.

Los campos de arroz a lo largo y ancho del país se vuelven a cubrir de un manto verde debido a que los tractores autónomos sin conductor aran la tierra y los drones agrícolas plantan semillas desde las alturas.
Muchas empresas operan sin problemas gracias a sus empleados que teletrabajan. La conexión remota se presenta como una de las mejores alternativas para evitar el contagio en los centros de trabajo. Gracias a las tecnologías en la nube, los empleados pueden conectarse a los recursos de la empresa desde su casa, permitiendo trabajar en remoto de una manera eficiente y controlada. Un informe prevé que el tamaño del mercado de teletrabajo de China superará los 50 mil millones de yuanes, o unos 7 mil millones de dólares, en 2020, casi diez veces mayor que el de 2012.

Muchas empresas operan sin problemas gracias a sus empleados que teletrabajan.
Para los trabajadores que han vuelto a las líneas de producción y las oficinas, nuevas aplicaciones basadas en la inteligencia artificial y los macrodatos los protegen del coronavirus. Un código sanitario unificado se convierte en el carnet con el que uno puede viajar y reincorporarse al trabajo. Las cámaras térmicas y los sistemas actualizados de reconocimiento facial cuentan con un nivel de precisión que asegura mayor eficiencia y control en las entradas.
El coronavirus no es invencible. Todos unidos, lo venceremos. China ya está recuperando gradualmente el trabajo y la producción. Durante este proceso, la innovación tecnológica nos trae esperanza y crea nuevas oportunidades para el crecimiento económico.