Hace más de 200 años, la familia Gong del poblado Wangling, municipalidad china de Chongqing, plantó un árbol de ciprés llorón. Cuando el árbol creció de manera gigante, empezó a atraer muchas garzas.

Un año, se observaron aproximadamente 40 nidos y más de cien garzas en ese árbol.
Desde entonces, la familia Gong estipuló que nadie pudiera dañar ni al árbol ni a las garzas. Es por eso que cada año en la primavera, las aves llegan al lugar, construyen nidos sobre las ramas y no salen rumbo al sur hasta el invierno.
Un año, se observaron aproximadamente 40 nidos y más de cien garzas en ese árbol. Tantos años transcurridos, los descendientes de la familia Gong siguen obedeciendo las reglas de sus antepasados.

Un año, se observaron aproximadamente 40 nidos y más de cien garzas en ese árbol.