El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló esta semana que su país ha trabajado en el desarrollo de una vacuna para el nuevo coronavirus desde el 11 de enero, diez días antes de que la primera economía mundial informara de su primer caso. A raíz de esta declaración, muchos países, incluyendo China, se preguntan por qué Washington continúa señalando culpables cuando ha tenido suficiente tiempo para entender la gravedad de la situación. Por otro lado, la administración Trump ha recibido críticas por su enfoque de "América Primero" en la búsqueda global de la vacuna.
Hay un esfuerzo masivo global para desarrollar una vacuna para la COVID-19. Una sustancia que puede proporcionar inmunidad contra esta enfermedad mortal y finalmente poner fin a la pandemia. Aún así, esta semana, los servicios de inteligencia estadounidenses acusaron a China de intentar piratear la investigación de su vacuna. Beijing negó la acuasión y agregó que China no tiene razón alguna para ese tipo de comportamiento.
Al mismo tiempo, ha surgido otra cuestión: una vez que obtengamos la vacuna, ¿cómo se distribuirá?

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló esta semana que su país ha trabajado en el desarrollo de una vacuna para el nuevo coronavirus desde el 11 de enero, diez días antes de que la primera economía mundial informara de su primer caso.
El Gobierno francés criticó al gigante farmaceútico Sanofi el 14 de mayo después de que su director ejecutivo afirmara que la posible vacuna para la COVID-19 iría para Estados Unidos primero.
La oficina del presidente Emmanuel Macron criticó la declaración y añadió que las fuerzas del mercado no desempeñan un papel en las decisiones sobre la distribución.
"América Primero" sigue siendo la estrategia de Trump, incluso en lo que respecta a encontrar soluciones a un problema mundial.
El 12 de mayo, el periódico británico The Guardian criticó el enfoque en solitario de Trump sobre la crisis sanitaria global debido a que este tipo de unilateralismo solo ralentiza el proceso.
También mencionó una cumbre global en línea celebrada a principios de este mes, donde Reino Unido, China, Canadá, Turquía y Japón, así como numerosos países africanos y organizaciones internacionales, prometieron más de 8 mil millones de dólares para el desarrollo de una vacuna.
Sin embargo, la ausencia de Estados Unidos fue notable.
A pesar de esto, la Organización Mundial de la Salud se mantiene firme en que esto es una cuestión global y que ningún país tiene derecho a reclamar prioridad.