Nota de Editor: El siguiente artículo fue extraído de la columna de opinión en chino “The Real Point”.
El consejo de la ciudad de San Antonio en Texas votó para clasificar términos como “virus chino” y “virus kung-fu” como incitación al odio para detener la propagación del racismo. Es más, el consejo enfatizó que la COVID-19 no era causada por una raza específica e hizo notar que formulaciones indebidas con tenores racistas promovían los crímenes de odio contra comunidades en la ciudad, como la asiática. Este enfoque es encomiable, considerando que ciertos políticos estadounidenses han estado incitando conflictos interétnicos y odio racial para desviar la atención de los fallos del Gobierno en el manejo de la pandemia. Sin embargo, el senador republicano Ted Cruz dijo que la prohibición de los términos racistas en San Antonio era “una locura”, condenándola como corrección política desenfrenada.
Además, el secretario de Estado Mike Pompeo ha vendido el término racista “virus de Wuhan” en ocasiones internacionales y el consejero económico de la Casa Blanca Peter Navarro ha estado esparciendo la teoría de que China hizo volar a cientos de miles de sus ciudadanos por el mundo para sembrar el virus.
Tales aires en Washington han exacerbado la discriminación racial y los crímenes de odio en el país. Dentro de los incidentes para captar la atención nacional está el horroroso ataque con ácido a una mujer asiática en Nueva York, el acoso contra estudiantes asiáticos de secundaria en California y el acuchillamiento de tres miembros de una familia asiática.
Según una noticia publicada en línea por la revista Time la semana pasada, del total de quince crímenes de odio relacionados con el coronavirus que están siendo investigados por el Equipo Especial de Investigación de Crímenes de Odio del Departamento de Policía de Nueva York, todos han sido dirigidos a víctimas asiáticas. Un grupo defensor ha recolectado más de 1.200 denuncias de ataques motivados por raza contra estadounidenses de origen asiático en el país desde el inicio del brote. “La administración Trump ha decidido que china será el hombre del saco en la crisis del coronavirus”, dijo Renee Tajima-Peña, un productor de la docuserie de PBS titulada “Estadounidenses de origen asiático”, la que relata los desafíos enfrentados por este grupo étnico en los últimos 100 años. La productora agregó: “Nos va a afectar a todos como estadounidenses de origen asiático. Y especialmente cuando la crisis económica choque con la enfermedad, va a ser feo”.
No solo los estadounidenses de origen asiático están sufriendo de discriminación racial. El racismo es un problema de larga data en la sociedad de EE. UU. El doble estándar que el Gobierno aplica a diferentes grupos étnicos se ha hecho más notable durante la pandemia.
De acuerdo con cifras de la Fiscalía de Brooklyn, de las 40 personas arrestadas por infringir las reglas de distanciamiento social en Nueva York entre el 17 de marzo y el 4 de mayo, 35 eran de raza negra, 4 hispanos y uno blanco. “Los arrestos de residentes negros e hispanos, muchos de ellos grabados y publicados en línea, ocurrieron en los mismos días tranquilos en que otro fotógrafos circulaban mostrando a oficiales de policía entregando máscaras a personas blancas en su mayoría en Bajo Manhattan, Williamsburg and Long Island”, de acuerdo con una noticia en el New York Times. El informe continúa destacando el video de multitudes de personas tomando el sol, muchas sin máscara, sentadas juntas en un parque en un muelle de Manhattan y sin ser interrumpidas por la policía.
Una reciente encuesta del Washington Post reveló que 20 por ciento de los adultos hispanos y 16 por ciento de los negros informó haber sido despedido o suspendido durante la pandemia, comparado con 11 por ciento de blancos. Las cifras ofrecen evidencia de que las minorías en el país han sufrido pérdidas mayores durante la pandemia.
De manera más cruel, el color de la piel se ha vuelto un criterio para algunos hospitales al decidir quién recibe tratamiento primero en el contexto de déficit de suministros médicos. El Dr. Kizzmekia Corbett, un inmunólogo del Instituto Nacional de Salud, ha revelado que, cuando los médicos deben elegir a quién se asigna el último ventilador, elegirían deliberadamente negar ventiladores a estadounidenses negros.
El Washington Post también citó al CDC, el que informaba que existe un impacto desproporcionado de diagnósticos y muertes por COVID-19 entre estadounidenses negros. Con base en datos recolectados a mediados de abril, científicos de la Escuela de Salud Pública Rollins descubrieron que, de manera desproporcionada, los condados negros eran solo 22 por ciento de los condados de EE. UU., pero que presentaban 52 por ciento de los contagios y 58 por ciento de las muertes. Los políticos estadounidenses que, de forma irresponsable, pretenden cosechar más ganancias personales al dividir la nación con odio racial verán cómo sus incitaciones les resultarán contraproducentes a futuro.