La batalla contra la COVID-19 es como una guerra que, de acuerdo con el presidente chino, Xi Jinping, debe ganarse con el apoyo del pueblo. La situación epidémica se está controlando de manera efectiva en China, lo cual pone de relieve su sólida capacidad de movilización y organización, así como la fortaleza del sistema nacional. La batalla contra la COVID-19, además, está ayudando a China a ganar experiencia y a materializar progresos tecnológicos en aras de reforzar su sistema sanitario, y estas mejoras están dirigidas a proteger la seguridad y la salud de la población.
Al tiempo que se establecía el bloqueo de Wuhan, China implementó medidas en todo su territorio para frenar la propagación del virus.
Hacia finales de enero, provincias y regiones de China ya habían emitido su máxima respuesta de emergencia frente al brote de COVID-19. Así, restaurantes, centros comerciales, salas de cine y otros espacios recreativos cerraron sus puertas, mientras que se postergó la vuelta a clases.

Al tiempo que se establecía el bloqueo de Wuhan, China implementó medidas en todo su territorio para frenar la propagación del virus.