El 2 de julio, en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital El Pino, en el sur de Santiago de Chile, la enfermera Damaris Silva, tocó el violín para pacientes contagiados con COVID-19.
"Entro a la sala y se produce de inmediato una reacción en los pacientes, lo reciben de buena forma, se alegran, me sonríen, me aplauden desde adentro", relató Silva.
Frente la enfermedad, no solo es importante la condición física, sino también la fuerza de voluntad. Más allá de la música, la interpretación de Damaris entregó amor, fe y esperanza a los pacientes y también al personal médico encargado del pesado trabajo.

Más allá de la música, la interpretación de Damaris entregó amor, fe y esperanza a los pacientes y también al personal médico encargado del pesado trabajo.
Según cifras oficiales del Ministerio de Salud en Chile, hasta el día 6 de julio, debido a una rápida propagación de la pandemia, ya se suman 298.557 personas contagiadas y 6.384 fallecidas por el virus.