China ha fijado el final de este año como la fecha límite para erradicar la pobreza extrema. Para la consecución de este objetivo, el país ha invertido grandes cantidades de dinero y esfuerzos. En el siguiente reportaje, veremos cómo la provincia de Zhejiang, en el sureste de China, ayuda a la provincia de Guizhou, en el suroeste, a cumplir este objetivo. 

Cuando llega la temporada de las bayas chinas, las frutas rojas colgadas en sus ramas aromatizan el ambiente, y se nota que el pueblo Nonglin, en la provincia de Guizhou, está preparado para recogerlas.

Sin embargo, la plantación de los árboles de las bayas chinas no es nada fácil. La falta de precipitaciones, la intensidad de la luz y la gran diferencia de temperatura entre el día y la noche en la región favorecen la plantación de las bayas chinas, pero el árbol tarda 6 años desde que crece hasta que da frutas. Por eso, cuando se introdujeron los 50 mil brotes desde la provincia de Zhejiang en el año 2003, muchos aldeanos no estuvieron de acuerdo.

Para darles a conocer a los aldeanos las buenas perspectivas de la plantación de bayas chinas, la ciudad de Ningbo, en la provincia de Zhejiang, mandó a expertos a guiar la fertilización y podación, y se llevaron a aldeanos a Zhejiang para que aprendieran sobre la plantación de bayas chinas.

Desde la primera semilla de bayas chinas traídas desde Zhejiang al distrito Wangmo, hasta un área de 70 hectáreas de plantación, 339 familias del distrito han empezado a dedicarse a la plantación con un aumento de los ingresos per cápita de 3.000 yuanes. El color rojo de las bayas chinas es el testigo del nuevo proceso de la salida de la probreza para los aldeanos de Nonglin.

339 familias del distrito han empezado a dedicarse a la plantación con un aumento de los ingresos per cápita de 3.000 yuanes.