Fuente: AP
Luego de tres meses de cierre para tratar de prevenir la propagación del nuevo coronavirus, muchas iglesias católicas en la Ciudad de México abrieron sus puertas a los fieles este pasado domingo 26 de julio.
En la catedral, se tomaron muchas precauciones, incluyendo la toma de temperatura, mamparas de cristal frente a algunos altares, marcas en las bancas para indicar dónde es posible sentarse, gel antibacterial y darse la paz sólo con una reverencia.
Las autoridades federales de México, que ya supera los 390.500 contagiados y tiene al menos 43.680 fallecidos por COVID-19, dejaron la reapertura de los templos a decisión de los gobiernos de los estados e incluso de cada ayuntamiento.
A lo largo de julio se reanudaron las misas en otras ciudades del país con precauciones similares.
La capital acumula uno de cada cinco casos de COVID-19 en el país, y las autoridades han amenazado con volver a cerrar todo porque la reapertura ha derivado en un preocupante aumento en los contagios, pero nada de eso impidió que los fieles acudieran a misa.