La región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China, es conocida por la diversificación de sus productos agrícolas, en particular las frutas y las nueces. Sin embargo, a muchos agricultores les resulta difícil comercializar sus abundantes cosechas. En la serie de hoy dedicada a "China sin pobreza", conoceremos cómo el comercio electrónico ha ayudado a los residentes locales.
Bailar al estilo tradicional de la étnia uygur o hablar frente a la cámara de su teléfono inteligente es una parte importante del trabajo de Asidam Kayyum, quien se dedica a transmitir este tipo de contenido en directo a través de plataformas populares de redes sociales, como Tik-Tok. Asidam trabaja en el Centro de servicios de comercio electrónico de Yarkant, al sur de Xinjiang. Puede que ella ya sea una "celebridad cibernética", pero lo que realmente quiere es promocionar a partir de esta herramienta las especialidades de su pueblo natal.
Yarkant es un gran distrito con más de 1 millón de habitantes, que aún tiene que luchar por erradicar la pobreza extrema. Para muchos agricultores es difícil encontrar la forma de vender sus productos especiales, como el badam, la miel y los dátiles rojos. El Centro de comercio electrónico apoyado por el Gobierno trata de ayudarlos. Para ello, colabora con las cooperativas agrícolas locales para comercializar esos productos en línea, lo cual ha demostrado ser un gran éxito.

El Centro ha establecido más de 200 estaciones de servicios de comercio electrónico en todo el distrito.
El éxito de esta empresa ha generado una reacción en cadena en el distrito, creando más oportunidades de empleo para las familias pobres.
El Centro ha establecido más de 200 estaciones de servicios de comercio electrónico en todo el distrito. Los aldeanos tienen acceso a diversos servicios en línea en esas estaciones, como facturación, compras y envíos. A través de Internet, los agricultores han encontrado una gran demanda de sus frutas y nueces.
El futuro es brillante, pero parece que quedan muchos desafíos por superar.

Para muchos agricultores es difícil encontrar la forma de vender sus productos especiales, como badam, miel y dátiles rojos.
La economía de transmisión en vivo es una industria emergente con gran proyección en China. Sobre todo, después del brote de COVID-19, que ha fomentado que la transmisión en vivo impulse el consumo y se convierta, así, en parte esencial del alivio de la pobreza. Mientras aumenta la popularidad de los productos agrícolas de buena calidad, incrementan los ingresos de los habitantes, al mismo tiempo, personas en todo el país pueden conocer de cerca y disfrutar de más alimentos ecológicos.
A medida que la tecnología y los servicios modernos se adentran en las regiones menos desarrolladas de China, esto da a la población local la posibilidad de tener una visión audaz de lo que se puede lograr.
En un futuro no lejano, todos en este distrito podrán acceder al Internet, tanto para divertirse como para tener oportunidades comerciales.