Chen Guorui, un joven chino de 33 años de la provincia de Fujian, sureste de China, revivió una artesanía local que se trata de hacer obras de arte con arroz. Esta tecnología desapareció durante casi siete décadas.
Originado en el pueblo de Gaolou, este arte solía ser una parte esencial de los rituales del culto a los antepasados que data de la dinastía Qing (1636-1912) de China.

Le toma casi un mes crear un gallo con arroz, lo que implica un promedio de 8 horas diarias de trabajo.
Tras graduarse de una carrera relacionada con las bellas artes, Chen pensó que tenía la responsabilidad de continuar con esta tradición.
Después de leer libros relacionados y practicar de acuerdo con los relatos orales de las generaciones anteriores, ya puede crear obras de diversos temas, incluidos gallos, cisnes, pabellones y pagodas. Chen es ahora el único heredero de este arte. Le toma casi un mes crear un gallo con arroz, lo que implica un promedio de 8 horas diarias de trabajo.

Originado en el pueblo de Gaolou, este arte solía ser una parte esencial de los rituales del culto a los antepasados que data de la dinastía Qing (1636-1912).