Beijing condenó la decisión de Washington de imponer restricciones comerciales a productos chinos fabricados en la región autónoma uygur de Xinjiang. El 14 de septiembre, la Administración Trump prohibió la importación de determinados bienes chinos, incluyendo algodón, textiles y partes de ordenadores, alegando que están producidos por prisioneros musulmanes uygures. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China rechazó las acusaciones.

Al utilizar la excusa del llamado trabajo forzoso, las medidas restrictivas impuestas por Estados Unidos dañan a diversas firmas chinas.
"Al utilizar la excusa del llamado trabajo forzoso, las medidas restrictivas impuestas por Estados Unidos dañan a diversas firmas chinas. Esto es, directamente, un abuso, una violación del comercio internacional y daña las cadenas industriales globales, las cadenas de suministros y las cadenas de valor. China se opone firmemente a ello. La cuestión del llamado trabajo forzoso es una invención y contradice los hechos", anunció Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China.