Con la interminable aparición de "trucos insidiosos" contra Huawei, TikTok y WeChat, los políticos estadounidenses han alentado recientemente el "desacoplamiento tecnológico" de China con frenesí y han reprimido a las empresas tecnológicas chinas. Sin embargo, como han señalado muchos analistas, Estados Unidos no sacará provecho de esto, sino que más bien parece una autolesión con un cuchillo.
En primer lugar, las amenazas continuas por parte del actual Gobierno de los EE. UU. para intimidar y reprimir a los competidores en otros países está enviando una señal clara al mundo exterior de que los riesgos políticos en el mercado estadounidense están aumentando y son inadecuados para la inversión. Esto no solo evitará que más empresas chinas inviertan en Estados Unidos, sino que también ahuyentará a otros inversores potenciales y dañará la competitividad de Estados Unidos.

Los políticos estadounidenses han alentado casi con frenesí el "desacoplamiento tecnológico" de China y han reprimido a las empresas tecnológicas chinas.
Además, con la "asistencia" de esta Administración, la etiqueta de "fácil de politizar" que se adhiere a los productos estadounidenses se ha vuelto más popular, lo que sin duda reducirá la competitividad de los productos estadounidenses. La sombra del "recorte de oferta" de Huawei y otras medidas provocará que cada vez más demanda de productos en el mercado chino se traslade a proveedores fuera de Estados Unidos, perjudicando así la cuota de mercado de las empresas estadounidenses. Por ejemplo, el 65% de los ingresos del gigante estadounidense de chips Qualcomm proviene del mercado chino. Pero la compañía emitió una advertencia el mes pasado de que sus ingresos del año fiscal 2019 caerán a un mínimo de siete años, y esto se debe en gran parte a la disminución de los pedidos en China.
En particular, las medidas estadounidenses no pueden obstaculizar el impulso del desarrollo tecnológico de China; por el contrario, estimularán a China a acelerar el ritmo de la innovación tecnológica hasta cierto punto. "Obligar a China a fabricar sus propios chips ahora significa que si hay un conflicto en el futuro, que no solo renunciará a estos trabajos bien remunerados (creados por la demanda china de Estados Unidos), sino que también obligará a China a volverse completamente autosuficiente", declaró recientemente el fundador de Microsoft, Bill Gates. En una entrevista con Bloomberg, se opuso claramente a la prohibición del Gobierno de Estados Unidos sobre la venta de productos de alta tecnología a China. "¿Será realmente bueno (para Estados Unidos)?", preguntó Gates retóricamente. La respuesta a esta pregunta era evidente.

Esto no solo evitará que más empresas chinas inviertan en Estados Unidos, sino que también ahuyentará a otros inversores potenciales y dañará la competitividad de Estados Unidos.
Según informes públicos, China está acelerando actualmente la investigación y el desarrollo en áreas como neumáticos de aviación, acero para cojinetes, máquinas de litografía, así como otros de tecnologías centrales clave, materias primas clave. Como se indica en el artículo "Foreign Affairs" antes mencionado, China ha hecho "preparativos a largo plazo" para hacer frente a la supresión tecnológica de Estados Unidos.
El columnista del "Washington Post", David Ignatius, escribió recientemente que la investigación abierta ha hecho que Estados Unidos sea más avanzado en ciencia y tecnología, pero su involucramiento en el "desacoplamiento tecnológico", la supresión deliberada de empresas extranjeras y los obstáculos para que los mejores cerebros trabajen y vivan Estados Unidos "es estúpido". El Gobierno de Estados Unidos debe escuchar estas voces racionales, detener lo antes posible el comportamiento que socava el flujo de inversión e innovación en ciencia y tecnología entre China y Estados Unidos basado en intereses políticos, y terminar lo antes posible con este estúpido juego que lastima a otros y a sí mismo.