En marzo se registró la primera muerte por COVID-19 en Puerto Rico. Fue una turista italiana que llegó a la Isla en un crucero. De inmediato el Gobierno inició un toque de queda y cierre de negocios. Sin embargo, siete meses después la Isla no ha normalizado su economía, y está atravesando por un aumento de casos.
Cuando el calendario ya suma seis meses de pandemia en Puerto Rico, las autoridades se concentran en que la cifra de muertes por COVID-19 no aumente. El 9 de septiembre el Departamento de Salud reportó 18 muertes, aunque destacó que no se trataron de fallecimientos de un solo día, sino que se trató de una cifra acumulada.

Cuando el calendario ya suma seis meses de pandemia en Puerto Rico, las autoridades se concentran en que la cifra de muertes por COVID-19 no aumente.
El dato arrojó una cifra total de 500 fallecimientos entre confirmados y probables, que de acuerdo al reporte médico presentaban y reunían síntomas compatibles al coronavirus. De igual forma, la cifra de casos confirmados por pruebas se acercaban a las 17.000 personas. El secretario de Salud de la Isla pasó revista a lo que se ha hecho durante este tiempo.
En este periodo de seis meses la isla ha experimentado diversidad de órdenes ejecutivas que han provocado desde cierres totales hasta parciales. Actualmente la isla tiene vigente un toque de queda que entra en vigor a las 10 de la noche y se levanta a las 5 de la mañana. Unos 994 puerto riqueños han sido arrestados por violaciones al mismo y otros 3.300 han experimentado multas y denuncias. La economía de la isla, golpeada ya por la monumental deuda acumulada que tiene al Gobierno en un proceso de reestructuración en los tribunales, muestra números preocupantes y algunos sectores han levantado la voz de manera enérgica pidiendo que se levanten muchas de las restricciones para evitar la pérdida de empleos.