Con más de 139.000 casos positivos de COVID-19 en la Ciudad de México, y cerca de 14.000 fallecidos contabilizados hasta el 11 de octubre, la capital mexicana intenta volver a la normalidad desde el trabajo formal hasta el entretenimiento.
Mantener la sana distancia dentro de espacios cerrados y en medio de grandes concentraciones de personas, resulta prácticamente imposible lo que limita cualquier posibilidad de asistir a un concierto, cine, evento de luchas, boxeo o partido de fútbol. La industria del entretenimiento, con más de seis meses de paralización busca reinventarse en México; se niegan a morir por la COVID-19, aunque sus ganancias, al cerrar este 2020, proyecten pérdidas por casi un 80 por ciento.
Dentro de la reinvención necesaria, extrañamente algunas cosas han vuelto al pasado. Formatos olvidados en el tiempo regresaron para darle diversión a los mexicanos y es cuando los autocinemas reviven. En grandes galpones, cientos de vehículos ingresan con las medidas de sanitización necesarias para disfrutar películas infantiles en familia.
Cada uno en su carro tiene su propia sala de cine; come dentro del coche y escucha la película sin importar lo que ocurra en el vehículo del vecino. Se puede extrañar el olor a palomitas de maíz o el sentarse en una butaca de salas 4D, pero más se extrañaba salir en familia. Si el presupuesto es menor y el coche no existe, no se preocupe, que también puede ver una película en el llamado Bicinema, en el que la gente llega en bicicleta para después acomodarse en una frazada sobre el césped.

Con más de 139 mil casos positivos de COVID-19 en la Ciudad de México, y cerca de 14 mil fallecidos contabilizados hasta el 11 de octubre, la capital mexicana intenta volver a la normalidad desde el trabajo formal hasta el entretenimiento.
Arte que viene también en tonadas, en ritmos y coreografías. La Ciudad de México y su área metropolitana es una de las zonas con mayor cantidad de conciertos por año en América Latina; más de 25 espectáculos y festivales se llevaron a cabo en la capital mexicana durante el 2019. Esto sin contar aquellos musicales de talla menor. Otras 24 presentaciones fueron canceladas en 2020 entre las que resaltan Ricky Martin, Roger Waters y Willie Colón. Moderatto pudo tocar, pero innovando con los autoconciertos con capacidad para más de dos mil vehículos y unas 10.000 personas.
La coyuntura golpea y genera una crisis con más de 23 millones de dólares en pérdidas por la cancelación de espectáculos en vivo. La merma de ingresos en el sector deportivo es por miles de millones, pero eso ya es otro tema.