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El mercado de "El Chopo" celebra 40 años de música, moda e historia alrededor del Rock and Roll
CGTN en Español
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05:30

El mercado sobre ruedas de "El Chopo", también conocido como bazar o tianguis de "El Chopo", cumplió 40 años de existencia en la Ciudad de México, y para sus fundadores no solo es un espacio de comercio, sino también de libre expresión contra los valores ideológicos y culturales establecidos por la sociedad. 

La banda chopera al lado del escenario intercambiando ideas de Rock and Roll. En los puestos, miles de discos son ejemplo de la contracultura mexicana. Más de 200 locales itinerantes llenan dos cuadras de rebeldía expresada en música, chaquetas de piel, cadenas con picos, e historias que para muchos representan todo un estilo de vida. En una esquina están los anarquistas, en la otra los metaleros. Por un pasillo los punks y en varios puestos sobreviven los melómanos.

El mercado sobre ruedas de "El Chopo", también conocido como bazar o tianguis de "El Chopo", cumplió 40 años de existencia en la Ciudad de México.

Por cada carril de esta improvisada autopista cultural construida a principio de los ochenta, circulan diferentes estilos que pretenden ir contracorriente al establishment. No se sienten relegados, sino alternativos al orden impuesto por la sociedad. En resumen, defensores de la contracultura y así morirán. Que valga la pena el sacrifico de sus fundadores quienes lucharon por la calle hasta ganarla. 

No lo llaman evolución, pero tampoco involución; prefieren hablar de trasmutación. Cambios que sí se van transmitiendo de abuelos a padres y de padres a hijos. Caminan por la calle pretendiendo intimidar cuando de la cultura del rock poco se sabe. Al crecer entienden que su vestimenta es libertad y su música una lucha de generaciones nacidas en los 60, 70 y 80 y que desde su origen hasta hoy choca con los paradigmas sociales. En El Chopo, van y vienen sin ser juzgados. 

Aunque el mundo tecnológico evoluciona al igual que los subgéneros del metal, los rockeros de largas barbas y años de inspiración lograron transmitirle a las nuevas generaciones el oído musical que demanda un buen disco de vinilo. El láser no logra desplazar a la aguja de la tornamesa. Las plataformas digitales ni el nuevo coronavirus pueden impedir el caminar por estos pasillos con aromas extraños y sonidos envolventes. El Chopo, como tianguis o bazar cultural, seguirá sonando con estridencia, no por violento, sino por irreverente y por contracultural.