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Las bordadoras de Liaoning velan por la supervivencia de esta ancestral tradición
CGTN en Español
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Los bordados de Manchuria son una forma de arte tradicional típica del noreste de China. Y para garantizar su supervivencia a través de los años, las bordadoras del distrito de Xinbin, en la provincia de Liaoning trabajan incansablemente para perpetuar este arte milenario.

El arte de la costura artesanal propio de la aristocracia china durante la dinastía Qing es considerado en nuestros días parte del patrimonio cultural intangible chino. El papel que los bordados de Manchuria han ido cambiando a lo largo de los siglos ahora ha encontrado un nuevo propósito, el de fusionar los juguetes de moda con este ancestral arte. Para Sang Ju, heredera del bordado manchú en el distrito de Xinbin, esta adaptación a los tiempos modernos fue todo un reto al inicio.

La maestra bordadora tiene que poner gran atención a todos los detalles para satisfacer la demanda de sus clientes. Muchos de ellos, fieles seguidores de la moda que descubren en las series de televisión donde pueden ver el rico y colorido vestuario de los personajes que vivieron en la Ciudad Prohibida o en el Palacio de Yanxi.

"Siempre tenemos pedidos para el vestuario de películas y series, que, normalmente requieren abundancia de colores. En este caso lo más importante es que los bordados se ajusten al estilo de la época", presentó Sang Ju.

Sang asegura, no obstante, que actualmente no existe un gran público para la técnica de este tipo de bordados. Considera que se trata de técnicas antiguas que han ido pasando de generación en generación y que poco a poco se van perdiendo. Ella, sin embargo, se la ha transmitido a su hija.

A pesar de la pérdida de interés por este oficio ancestral entre los más jóvenes, hay algo que todavía puede despertar mínimamente su interés. Y es que se trata de un oficio bien pagado. El precio de los vestidos de muñeca bordados a mano van desde los dos mil yuanes, unos 300 dólares, hasta superar los diez mil yuanes. Todo depende del tiempo y los detalles de cada atuendo.

El taller de Sang también realiza bordados para bodas y otros complementos e incluso espera expandir su negocio en el futuro a marcas de moda globales. Asegurando así que el arte del bordado manchú sobrevive al paso del tiempo.

A pesar de la pérdida de interés por este oficio ancestral entre los más jóvenes, hay algo que todavía puede despertar mínimamente su interés.