En 2018, en el marco de las labores de erradicación de la pobreza en China, Alijan Tursun recibió un préstamo de 300.000 yuanes a fondo perdido de su Gobierno local para comprar las instalaciones, el equipo y las máquinas necesarias para producir escobas a gran escala.

Foto: CGTN en Español
Poco después, decidió ampliar su negocio y, tras recibir una segunda subvención de 200.000 yuanes, incorporó en su oferta nueces y dátiles cultivados por campesinos locales.

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Hoy, Alijan gestiona una cooperativa en una aldea de Aksu, en la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China.

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Esta cooperativa da trabajo a 45 personas, 13 de las cuales provenían de familias pobres.

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Sus nueces y dátiles ya se venden en Beijing y Shanghai, pero este campesino uygur no ha dejado de pensar en su futuro: espera poder adquirir el equipo necesario para poder distribuir nueces directamente sacadas de su cáscara. Más adelante, sueña con crear su propia marca.

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Reporteros: Wu Shuoyu, Daniel Triadó