La Confederación Sudamericana de Fútbol, la CONMEBOL, confirmó el martes día 5 de enero que la final de la Copa Libertadores, a celebrarse en el histórico estadio de Maracaná en Río de Janeiro, se disputará a puertas cerradas debido a la pandemia de COVID-19.
El órgano directivo del fútbol latinoamericano agregó que la severa pero prudente decisión también se implementará en la final de la Copa Sudamericana, a escenificarse en Córdoba, Argentina. No les quedará otra a los aficionados, entonces, que seguir los partidos en sus dispositivos móviles o, más cómodamente, por sus telerreceptores, sentados en el sofá de sus casas o en un bar.
La final de la Copa Libertadores, el equivalente latinoamericano a la final de la Liga de Campeones de Europa, está programada para el 30 de enero. La Copa Sudamericana, en tanto, tendrá lugar una semana antes.
En las semifinales de la Libertadores, los clubes argentinos River Plate y Boca Juniors deben medirse con los brasileños Palmeiras y Santos, respectivamente. Y en lo que toca al River y el Palmeiras, este último ya se impuso como visitante en el encuentro de ida por 3 goles a 0.
La CONMEBOL explicó que la decisión de jugar sin las aficiones fue tomada en conjunto con la Confederación Brasileña de Fútbol.
Contra viento, marea y contagios, más de 2.000 partidos de fútbol profesional han tenido lugar en Brasil desde que el país registrara el primer caso de COVID-19 en febrero del año pasado.

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