Han pasado cerca de 2.000 años y el legado del primer emperador de China, Qinshihuang, aún permanece erguido. Más aún, en las cercanías de monumentos de fama mundial que dejó para la posteridad, a saber, el Ejército de Guerreros de Terracota y el mausoleo, otro gran hallazgo ha salido a la luz y desentraña más pistas sobre el legendario monarca que una vez gobernó a China.
El descubrimiento se hizo en una localidad de Xianyang, a 18 kilómetros del lugar en el que se hallan los restos del emperador, y contiene un gran número de ruinas, entre ellas centros burocráticos del palacio.
Tras investigaciones hechas a la estructura etiquetada como "Ruina Número 6", los antropólogos encontraron lo que pudo haber sido el lugar desde el cual se gestionaron los asuntos administrativos del imperio.
El equipo también descubrió un sistema de canales de agua subterráneo que se extiende a lo largo de nueve kilómetros. Creen que pudo ser parte de Lanchi, un estanque construido bajo las órdenes del emperador para la distribución de agua. Según los registros, un palacio se edificó en la parte norte del estanque, llamado "Palacio Lanchi", el cual fue destruido y posteriormente abandonado al final de la Dinastía Qin.
La ciudad de Xianyang data del periodo intermedio entre los Estados Combatientes y la Dinastía Qin.
Las excavaciones en el sitio continúan hasta la fecha.

Arqueólogos descubren centros administrativos del primer emperador.