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La bella que extraño está de pie a la orilla del río. En el tercer año del reinado Huangchu, viajé a la capital para rendir homenaje a su majestad. De regreso, crucé el río Luo. Los antiguos decían que la diosa de esas aguas se llamaba concubina Mi. Inspirado por la historia entre el rey Huai de Chu y una divinidad, compuse un poema.
En el año 222, Cao Zhi regresó a su feudo desde la capital Luoyang. Al anochecer, el agotado viajero llegó al río Luo, y los cocheros y caballos se tomaron un breve descanso. En ese momento, sopló una brisa y una hermosa mujer apareció ante todos. Entre las olas brumosas, ese destello, tan fresco como el sol naciente, atravesó instantáneamente el corazón del viajero.
¿Qué tan bella era? Él la describió así: Su cuerpo se eleva levemente como un cisne asustado; tan ágil como un dragón en vuelo. Su esplendor brilla más que el crisantemo otoñal y su hermosura es más cautivadora que el pino en primavera. Tan tenue como la luna envuelta en nubes ligeras, como la nieve arremolinada por el viento. Su cuerpo se eleva levemente como un cisne asustado, tan ágil como un dragón en vuelo. Su esplendor es más brillante que el crisantemo otoñal, su hermosura es más cautivadora que el pino en primavera, como la luna envuelta en nubes ligeras, como el sol saltando entre las nubes rosadas del alba.

En ese momento, sopló una brisa y una hermosa mujer apareció ante todos.
El viajero expresó sus sentimientos a través de las aguas del río Luo, con un colgante de jade como señal de invitación. La bella era sentimental. Miraba hacia las aguas que fluían junto con sus aspiraciones hacia la lejanía. Pero el destino es exactamente como las corrientes ocultas, cuya temporalidad lleva inevitablemente a tiempos difíciles. Aunque la promesa a la ninfa del río Luo estaba por escapar ya de su boca, la brecha entre el ser humano y la divinidad hizo que el viajero dudara y desconfiara.
Todas las divinidades suspiraban por ese encuentro que terminó antes de comenzar. El dios del Viento contenía las brisas, la diosa del Agua atajaba las olas, el dios del Río golpeaba el tambor sagrado y la diosa Nüwa cantaba con voz clara y dulce. Pero la bella finalmente subió a su carruaje de nubes tirado por seis dragones y se alejó. El viajero fue río arriba para buscarla pero no la encontró. Derrotado, tuvo que embarcarse en su camino de regreso.
Después de que Cao Pi, el rey Wen de Wei, subió al trono, Cao Zhi, antiguo candidato a príncipe heredero, empezó a ser objeto de sospechas por parte de los demás. El camino frente a él se hizo sombrío y sus pesares aún más difíciles de contar.
Mirando hacia atrás, ¿era la ninfa del río Luo por quien sentía nostalgia, o era esa Luoyang unida al río la que atormentaba su espíritu? ¿Qué era lo que se reflejaba en las aguas del río, el amor más bello o la ilusión que trascendía el límite de lo racional?
Durante los trescientos años de las dinastías Wei y Jin, en medio del dolor y el caos por la ruptura del orden social despertó la autoconciencia. Al mismo tiempo, la función de la pintura evolucionó, pasando de ser solo un instrumento de educación y unificación a un vehículo para expresar emociones individuales y valores múltiples. Una triste canción de corazones frustrados se convirtió en finos hilos tejidos sobre un rollo de más de cinco metros, cautivador y elegante.
Existen nueve versiones de la pintura de la Oda a la ninfa del río Luo. El consenso entre los círculos académicos es que la versión que se conserva en el Museo del Palacio Imperial y la colección del Museo Provincial de Liaoning son copias hechas en la dinastía Song. La versión original dataría del siglo VI, y según la leyenda, fue creada por Gu Kaizhi, pintor de la dinastía Jin del Este.
La ninfa del río Luo, emergiendo de la inmensidad del Libro de los Cantares y las vastas nubes de Lisao, con el dolor de albergar un anhelo infinito por el amor sin llegar nunca a tenerlo, sentó las bases de la estética oriental - y también trajo el primer soplo de ligera y fresca brisa a la pintura china, dando inicio a una etapa de libertad artística hasta entonces desconocida.
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