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El año 353, actual monte Lanzhu, ciudad de Shaoxing, provincia de Zhejiang, Wang Xizhi y sus 41 amigos se reunieron en el Pabellón de las Orquídeas. Los amigos compusieron sus poemas, los recopilaron y le invitaron a escribir el prefacio.
En el noveno año del reinado Yonghe, o el año Gui-Chou, a comienzos del tercer año según el calendario lunar, nos reunimos en el Pabellón de las Orquídeas, para pedir bendiciones al cielo. Se han congregado muchos sabios, viejos y jóvenes. Aquí hay montañas altas y colinas empinadas, frondosos bosques y espigados bambúes, y también una corriente fluida y límpida en la que se refleja el entorno.
Nos sentamos junto a un arroyo con copas de vino flotantes. Aunque no hay música que nos acompañe, el vino y los poemas son suficiente compañía mientras hablamos de nuestros sentimientos.
Hoy el cielo está despejado y el aire fresco, una suave brisa nos acaricia. Miramos hacia arriba para contemplar el cielo infinito, y hacia abajo para observar las innumerables cosas sobre la tierra. Mientras nuestros ojos vagan, también lo hacen nuestras mentes. Estar aquí es un puro deleite para todos nuestros sentidos.
Conocerse toma un minuto, pero la amistad dura toda la vida. Hay quienes comparten sus sentimientos con quienes les rodean, otros prefieren disfrutar de su vida en soledad. Cada persona es un mundo, cada cual tiene su propio temperamento, la variedad es infinita. El placer dura apenas un momento, el disfrute es fugaz, y antes de darnos cuenta ya somos viejos. Las circunstancias no cesan de cambiar, lo que hoy nos hace felices mañana nos atormentará, y luego surgirán en nosotros nuevos deseos y emociones.
Aunque ya haya quedado en el pasado, lo que un día nos hizo felices siempre vivirá en nuestro corazón. Cuánto dura la vida, solo el destino lo sabe, al final todo se desvanece.

La versión original del Prefacio de la Recopilación de Poemas del Pabellón de las Orquídeas, escrito por Wang Xizhi, ha estado perdida desde principios de la dinastía Tang, pero hay copias de cinco grandes calígrafos de esa dinastía.
Los ancestros decían que la vida se resume en nacer y morir, nada hay que cuente más. Leyendo las composiciones del pasado puedo reconocer la misma melancolía de los ancestros. Quisiera poder decir las cosas de otra manera, pero siempre se han dicho y siempre se dirán así, no hay nada que yo pueda hacer. Es absurdo comparar la vida y la muerte. Tan absurdo como pensar que la vida del viejo es igual a la del joven. Las generaciones futuras nos verán igual como hoy vemos nosotros a la gente del pasado. ¡Qué tristeza!
Por eso registro a quienes están hoy aquí y a sus obras. A pesar de que el tiempo y las circunstancias serán diferentes, los sentimientos expresados serán siempre los mismos. Quienes nos lean en el futuro también empatizarán lo mismo con los poemas de esta colección.
La versión original del Prefacio de la recopilación de poemas del Pabellón de las Orquídeas, escrito por Wang Xizhi, ha estado perdida desde principios de la dinastía Tang, pero hay copias de cinco grandes calígrafos de esa dinastía. Según la leyenda, esta versión fue copiada por Feng Chengsu, un funcionario del Depósito Imperial de la dinastía Tang. Debido a que se puede ver parte de un pequeño sello con los caracteres "shenlong" (dragón divino), se le llama “versión shenlong”. Los emperadores de las dinastías Tang, Song y Qing veneraban el Prefacio de la recopilación de poemas del Pabellón de las Orquídeas.
Mi Fu, reconocido calígrafo de la dinastía Song, lo calificó como “la primera obra de escritura corrida” de China. Wang Xizhi ha sido reconocido como el “santo de la caligrafía” por las generaciones posteriores. El Prefacio de la recopilación de poemas del Pabellón de las Orquídeas es considerado una obra maestra insuperable.
Aquí hay montañas altas y colinas empinadas, frondosos bosques y espigados bambúes, y también una corriente fluida y límpida en la que se refleja el entorno.
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