En el duodécimo año del reinado Kaiyuan de la dinastía Tang se inició un proyecto de infraestructura de valor estratégico para todo el país. Se trataba de un proyecto muy costoso. De hecho, se emplearon 1.100 toneladas de hierro, que para ese entonces representaban el 80 por ciento de la producción nacional.
Estos son los bueyes de hierro del río Amarillo, los pilotes del puente flotante del antiguo embarcadero Pujin.
Aunque el puente flotante del embarcadero Pujin no es muy conocido hoy en día, en la dinastía Tang, era el elemento vital del transporte del imperio, donde se reunían la sal de Hedong, el hierro de Shanxi, los cereales de Guanzhong y las tropas de la capital. Por ello, los pilotes de este puente eran trascendentales. La estructura flotaba sobre el río y los puntos de tensión se encontraban en sus pilotes -en las orillas.
Bajo la tierra estaba escondida la “fuerza nacional integral” del imperio Tang. Seis robustas columnas de hierro dotadas de poderosos alambres de ganchos de sujeción estaban firmemente incrustadas en el suelo, con un ángulo inclinado de forma intencional para activar la magia de la ley de Newton. La gravedad de los bueyes y la fuerza de tracción del puente, al combinarse, multiplicaban la resistencia. Y cuanto mayor era la fuerza de tracción, más profundo se enterraban las columnas en el suelo, y más firmes y fuertes eran los pilotes del puente. Realmente era un diseño magnífico.
Hoy sabemos que la fuerza de acción y la fuerza de reacción son iguales en magnitud y opuestas en dirección. Pero en ese momento, para poner en práctica la descabellada idea del diseño del puente, los ingenieros viales del imperio Tang también se unieron a la causa.