Este camello mira al cielo, con la boca abierta. La punta de su lengua está doblada hacia arriba, como si estuviera vibrando mientras emite un sonido, como si estuviera cantando.
Sobre las jorobas lleva un escenario. En una superficie de apenas unos centímetros cuadrados se sostiene una orquesta en miniatura de ocho integrantes. El animal es un auténtico escenario móvil.
Esta estatua de cerámica barnizada de esmalte tricolor fue descubierta en 1959 en las tumbas de la dinastía Tang ubicadas en el pueblo de Zhongbao, en los suburbios occidentales de Xi'an. Es una sofisticada muestra de la cerámica barnizada de esmalte tricolor de la dinastía Tang. Se trata de un tipo de cerámica barnizada a baja temperatura con esmalte de plomo. Al esmalte se añaden óxidos metálicos que contienen cobre, hierro, cobalto y otros elementos. Durante el proceso de cocción, los cambios de temperatura resultan en una variedad de colores.
Los rituales funerarios, un aspecto crucial de la cultura china, cobraron aún más importancia en la dinastía Tang. La cerámica barnizada de esmalte tricolor como ofrenda tenía un lugar especial dentro de esos rituales. Sin quererlo, la particular belleza de este tipo de arte se convirtió en un símbolo de esa dinastía.
En la dinastía Tang, el camello también era conocido con el nombre de "Tuotuo".
En sus viajes desde las Regiones Occidentales trajo ricos vinos y piedras preciosas, así como instrumentos musicales, melodías y música popular. En el lomo de la majestuosa bestia hay una manta con diseño en forma de diamante. Sobre ella, siete músicos con turbantes en la cabeza y largas túnicas de cuello redondo. Sentados con las piernas cruzadas, miran hacia afuera mientras tocan sus instrumentos apasionadamente.

Esta estatua de cerámica barnizada de esmalte tricolor fue descubierta en 1959 en las tumbas de la dinastía Tang ubicadas en el pueblo de Zhongbao, en los suburbios occidentales de Xi'an.
Tocan diferentes instrumentos. Por ejemplo, el paiban, importante para marcar el ritmo y con un sonido claro y nítido. La pipa, el más importante de todos, y que al jugar con el volumen transmite diferentes estados de ánimo. El paixiao, como las alas del ave fénix, con un sonido que es como las nubes que vagan por el cielo.
El pífano, melodioso y elegante. El xiao, cuyo tono es profundo y de largo alcance. El konghou, 23 cuerdas cuyo frío sonido congela los 12 portales de la capital y conmueve al emperador. El sheng, remembranza del canto de la grulla en el cielo. Cuando termina la música, la gente ha perdido la noción del tiempo y del espacio.
La mujer, rodeada por los músicos, lleva el peinado Wuman, muy popular en tiempos de la dinastía Tang. Su mano derecha está levantada hacia adelante y la izquierda está hacia atrás. Sus labios están ligeramente abiertos, como si estuviera cantando.
Durante su etapa de mayor prosperidad, la dinastía Tang, fue un imperio marcado por la alegría, la belleza, el color y el arte. Su emperador Xuanzong fundó talleres y teatros para inyectar sangre fresca a la corte. Además, exigió integrar los temas rituales, la música religiosa y los exóticos cantos de las Regiones Occidentales, y ordenó también que se formaran más músicos.
Este soberano, que era famoso por su manejo del tambor de carnero castrado, fue el promotor de la fusión de la música mundial en China, iniciando una nueva ola, en la que los sonidos y melodías ricos y exóticos marcaron el compás.
La maravillosa música imperial, los extraordinarios intérpretes, las excepcionales melodías… Una orquesta completa a la deriva tocando y cantando al compás de los cadenciosos pasos del camello, como si la primavera nunca acabara. Esta podría ser la imagen más fiel que se tenga hoy de lo que fue la espléndida dinastía Tang.