En el décimoprimer mes del noveno año del reinado Zhenguan de la dinastía Tang, una misión especial del reino sogdiano Samarcanda, ubicado en Asia Central, llegó a Chang'an.
La misión presentó a Li Shimin, emperador Taizong de la dinastía Tang, unos melocotones dorados, tan grandes como huevos de ganso.
Hablar hoy del sabor de las frutas sería especular, pero los lujosos utensilios que las acompañaron en su viaje al imperio Tang siguen brillando con singular esplendor.
La copa de ágata en forma de cabeza de bestia con incrustación de oro es un utensilio para beber vino. El ágata es un mineral coloidal. Aunque también se produce en China, la mayor parte del ágata mencionado en los registros históricos era considerada un exótico tesoro extranjero. Una pieza de este tamaño es extremadamente rara y ahuecarla para fabricar una copa no era una tarea fácil.
El color base de la copa es el burdeos, con vetas amarillas y blancas que semejan rayas en el cuerpo del animal. El artesano talló la cabeza de una bestia en el extremo menor, y allí, en el lugar donde está el hocico de la bestia, incrustó una tapa de oro desmontable.

El color base de la copa es el burdeos, con vetas amarillas y blancas que semejan rayas en el cuerpo del animal. El artesano talló la cabeza de una bestia en el extremo menor, y allí, en el lugar donde está el hocico de la bestia, incrustó una tapa de oro desmontable.
Una gran parte de los historiadores cree que este tipo de copa con forma de cuerno y cabeza de animal en el extremo es el típico ritón de Occidente.
Su primera aparición data del Imperio Asirio en Mesopotamia y la dinastía Aqueménida en el Imperio Persa.
Según las creencias griegas sobre el dios del vino, el ritón era un objeto sagrado. Lo usaban para prevenir el envenenamiento al momento de ingerir el licor. La gente alzaba el ritón lleno de la bebida para hacer que fluyera por el pequeño agujero y llegar a la boca como finos hilos de seda. Beber todo el contenido de un solo sorbo era considerado un tributo al dios del vino.
La copa pudo haber llegado a las Llanuras Centrales con las caravanas de los sogdianos. En vista de que ellos eran amantes del vino, introdujeron no solo el cultivo de la uva y las técnicas de elaboración de la bebida, sino también la cultura vitivinícola de las Regiones Occidentales a la dinastía Tang.
En las escenas de banquetes de los sogdianos, a menudo se veían copas con forma de cuernos de animales. En sus ataúdes también fueron registrados aquellos momentos felices cuando bebían el vino durante las grandes celebraciones.
Además del vino y los utensilios relacionados, desde los leopardos en el equipo de caza real hasta los perros caniche, las mascotas preferidas de las damas imperiales, incluso los vestidos, los alimentos, los finos caballos y las piedras preciosas, todos fueron traídos a China por los sogdianos desde los países del Occidente.