Uno solamente puede llegar a un buen final si conserva siempre sus aspiraciones originales. Las aspiraciones originales de los comunistas chinos y su misión consisten precisamente en perseguir la felicidad del pueblo chino y conseguir la revitalización de la nación china.
El Partido y el pueblo están unidos en las buenas y en las malas y comparten objetivos comunes. El mantenimiento de sus estrechos vínculos con las masas populares es una garantía fundamental del Partido para superar todas las dificultades y los riesgos.
Como dice el refrán, "solo cuando un gobernante obtiene el apoyo del pueblo, puede evitar la caída de su Estado".