El mahjong, un juego de estrategia con centenares de años, es una de las tradiciones más icónicas de China. Pese a ello, para muchos su futuro no es nada alentador. Hoy en día, pocos jóvenes juegan con regularidad al mahjong y muchos negocios locales vinculados al juego han desaparecido. Residentes de la Región Administrativa Especial de Hong Kong realizan esfuerzos para revivir el mahjong. 

Según Cheung Shun King, artesano del mahjong, solía haber más de 10 tiendas de mahjong solo en esta calle. Pero ahora apenas conoce a un pequeño grupo de talladores de fichas en toda la ciudad. El mahjong es un juego de estrategia desarrollado en China hace centenares de años. Desde entonces, se ha expandido por todo el mundo. Normalmente, lo juegan cuatro personas y requiere 144 fichas.

Según Cheung Shun King, artesano del mahjong, solía haber más de 10 tiendas de mahjong solo en esta calle. Pero ahora apenas conoce a un pequeño grupo de talladores de fichas en toda la ciudad.

Una encuesta pública reciente halló que solo uno de cada 50 jóvenes juega al mahjong con regularidad. Entre aquellos que juegan, muchos optan por la conveniencia que suponen las aplicaciones para móviles. Hoy en día, existen centenares de aplicaciones y plataformas en línea para jugar a mahjong. Si bien esto ha expandido su atractivo, talladores de fichas como el maestro Cheung temen que, a la larga, su arte se pierda. 

Joyce Leung espera que todo cambie. Cofundó un grupo que promueve tradiciones locales e intenta cerrar la brecha generacional entre los mileniales hongkoneses y sus maestros artesanos. Joyce organiza talleres para que artesanos como el maestro Cheung compartan sus habilidades. Asimismo, gestiona una plataforma de comercio en línea para ayudarles a ampliar sus negocios en línea.

Ahora, el grupo planea ofrecer versiones virtuales de sus clases maestras de mahjong. Y pretenden hacer lo mismo con otras tradiciones locales, como la talla en madera o la fabricación de señales de neón. Con ello, esperan ayudar a las futuras generaciones de hongkoneses a aprender no solo cómo se juega al mahjong, sino también cómo se hace.