La pandemia de COVID-19 está empujando al límite a los hospitales brasileños, que temen el colapso ante la inminente escasez de medicamentos. Además, el país continúa registrando récords de infecciones: más de 2.800 personas fallecieron el 19 de marzo, la segunda cifra más alta de decesos en el país desde que comenzó la crisis.
El sistema sanitario de Brasil hace frente a una situación precaria. Algunos pacientes han fallecido debido a la falta de camas libres en las unidades de cuidados intensivos de la nación. Según varios informes, en Sao Paulo, el estado más rico de Brasil, 135 personas han muerto porque no pudieron ingresar en la UCI.
Además, en los hospitales de todo el país también escasean los suministros de oxígeno y, más recientemente, se emitió un mensaje de alerta ante la potencial falta de medicamentos que se utilizan para entubar a los pacientes de las UCIs que necesitan ventilación mecánica, como anestesia e inhibidores neuromusculares.
Muchas asociaciones relacionados con los servicios sanitarios se reunieron con la agencia reguladora de salud brasileña, ANVISA, para tratar este problema. La Asociación Brasileña de Atención Médica envió representantes a dicho encuentro.

El sistema sanitario de Brasil hace frente a una situación precaria.