Es tiempo de vendimia en Argentina y tradicionalmente la provincia de Mendoza, donde se produce un 70 % de los vinos argentinos, suele estar plagada de turistas, sobre todo brasileños. Pero en este otoño austral, con las fronteras cerradas por la pandemia de coronavirus, los que visitan las bodegas son argentinos.
Según un informe del Centro de Estudios Económicos de Bodegas de Argentina, 2020 cerró con un aumento de un 7,5 % en el consumo interno y también creció el consumo al exterior. El año pasado también se incrementó el consumo de "vinos Premium" y el "vino a granel", que se distribuye sin marca o denominación, fue el más exportado. Pese a ello, muchas bodegas temen no sobrevivir tras seis años consecutivos de caída a causa de la prolongada crisis económica, una inflación de 36% y sucesivas devaluaciones en el país.

La pandemia le sienta bien al vino argentino, pero las bodegas están lejos de celebrar.