La Ley de Bioseguridad de China entró en vigor el jueves 15 de abril. Esta nueva normativa busca salvaguardar la seguridad nacional de amenazas como las de origen epidémico y se aprobó el pasado mes de octubre como respuesta a la pandemia de COVID-19.
La población china no estaba muy familiarizada con el concepto de bioseguridad antes de la irrupción de la pandemia de COVID-19. China aprobó su Ley de Bioseguridad el pasado mes de octubre. Uno de los primeros puntos de los que se ocupa es de las enfermedades infecciosas emergentes, incluyendo la prevención y control de las epidemias de origen animal. Pero la ley abarca un amplio rango de actividades que van más allá de la COVID-19, ya que el objetivo final es salvaguardar la seguridad nacional.

La población china no estaba muy familiarizada con el concepto de bioseguridad antes de la irrupción de la pandemia de COVID-19.
China establecerá 11 sistemas básicos para la prevención y el control de las amenazas a la bioseguridad. Entre ellos se incluyen la supervisión de amenazas y un sistema de alerta temprana, un sistema de intercambio de información, otro de respuesta de emergencia y un sistema de investigación y rastreo. El país también impondrá un mecanismo de coordinación nacional para la bioseguridad, combinando entre otros los esfuerzos de los departamentos de salud, agricultura, ciencia y tecnología, y relaciones exteriores del Consejo de Estado de China y los de las agencias militares relevantes.
Los individuos que inventen o difundan falsas informaciones sobre bioseguridad serán castigados. Llevar plantas o animales de otros países a China sin la correspondiente autorización también está prohibido. Las empresas de campos relacionados con la biotecnología, la medicina, la agricultura y los productos cosméticos deberán prestar especial atención, sobre todo si sus actividades están relacionadas con los laboratorios de microorganismos patógenos y especies foráneas.